Sabes que como los girasoles quedo llorando
cuando el sol por el horizonte se entristece.
¿Sabes?,la duda nunca en mi corazón perece.
Cuarto oscuro de la noche, y yo marchitando.
Vuelven las auroras cargadas de rocíos
vuelven las nubes a encapotar los cielos
de mis párpados cerrados, dos negros velos
que sin tus manos se han vuelto más fríos.
Sabes que eres como la canción maldita
que suena a destiempo en el corazón,
esa que niega la mente, la letra de la razón,
de la sin razón, de donde ya no se habita.
Sabes que para escribirte estos versos
he tenido que escupir, uno a uno tus besos
y arrancarme las caricias de la piel.
Sabes cuánto silencio guarda mi pecho
para escuchar desde mi entristecido lecho
cómo el Desamor se acuesta en él.
No, no lo sabes...
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